Aunque no lo creas, tú puedes ser el culpable de que los sueños de tu equipo se hayan convertido en una total pesadilla. El compromiso y la motivación de tus colaboradores son tan frágiles como una planta: necesitan atención y cuidados constantes para crecer y sobrevivir.
Su felicidad sí depende de ti
Sabemos que no hay nada peor que los vendedores de humo, esos que nadie les cree y solo hablan de ideas imaginarias. Para que no caigas en ese error y seas un líder auténtico, honesto, pero sobre todo alguien que se preocupe por tener a sus empleados felices y cercanos a la compañía, aquí compartimos contigo estos consejos:
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1. Supervisión compulsiva:
Las personas sentadas a tu lado tienen el suficiente conocimiento para estar ahí. Si los contrataste y están en tu empresa, es porque tienen el talento para realizar la labor que desempeñan.
No te conviertas en una persona invasiva, terca y acaparadora de todas las funciones y áreas de la empresa. Delegar funciones pertinentes a tus colaboradores es entregarles tu confianza y darles reconocimiento.
Si crees que haces una tarea un 30% mejor que alguien que trabaja para ti, no te imaginas el costo humano que tiene desconfiar y poner en duda sus capacidades.
¡Valóralos!
2. Negatividad:
Todos cometemos errores en nuestro trabajo, nadie es perfecto, ni mucho menos una máquina. Así que si tus trabajadores se equivocan, no se los recuerdes cada vez que puedes, deja la negatividad a un lado y preserva la actitud positiva, a pesar de los problemas.
Sólo el 11% de los empleados en el mundo reconoce que les gusta su trabajo.
3.Sordera selectiva:
Si una idea no es absurda al principio, entonces no merece la pena – Albert Einstein
Todos le hemos hablado a una persona que está enfocada en su celular o en su computador y no en lo que le estamos diciendo. Nada es más desmotivante que tener buenas ideas para la empresa y que nadie te escuche.
Ponle atención a todas y cada una de las conversaciones que tienes con tu equipo, tú sabrás si sus sugerencias se pueden implementar o no.
4. Palabras al viento:
Como toda relación humana, si no hay confianza no funciona. Si prometiste que ibas a implementar algo o ibas a dejar de tener cierta actitud, CUMPLE. No tengas esperando a tus trabajadores por la bonificación que prometiste o el día libre del que les hablaste hace un año.
Una promesa es sagrada:
Si le dijiste a un empleado que le ibas a dar algo que él necesita, hazlo realidad, él está esperando. Además tu equipo podrá olvidar una o dos promesas sin cumplir, pero más allá perderán toda la confianza y respeto que tienen por ti.
5. Síndrome de cubículo::
Pasas la mayor parte de tu tiempo con tu equipo (8 horas al día, 5 días a la semana) y todavía no sabes si son solteros o casados: ERROR. Si no te tomas el tiempo de saber quién es la persona detrás del computador es posible que falles en tus intentos por detectar qué es lo que lo motiva o entusiasma y cómo lograr que se apropie de las metas de la compañía.
Dedica al menos 1 hora a la semana a tener una conversación individual profunda con cada miembro de tu equipo. Notarás un gran cambio en menos de lo que crees.
Convertirse en un gran líder no se logra de la noche a la mañana, pero lo importante es tomar cartas en el asunto. Si sientes que necesitas una mano, contáctanos a mateo@salesdrive.co y con gusto te mostraremos nuevas y emocionantes formas en las que puedes conseguirlo.
María Paula Mora
Editora